domingo, 30 de agosto de 2009

Sobre sentimientos, autoestima y sentirse libre.



He estado reflexionando sobre cómo ha cambiado la autoestima del hombre al que amo desde que mantenemos nuestra relación.

Creo que ha estado muchos años de su vida funcionando para “complacer a…”, sin tener en cuenta sus necesidades y sentimientos. Creo que si vivimos para complacer a los demás, tendremos que tener en cuenta los sentimientos de los demás, pero también los nuestros. No soy psicóloga, sólo hablo desde mi punto de vista y mi experiencia personal.

Creo que nuestra relación le ha ayudado mucho, aunque no diría nunca que he sido yo, porque no lo siento así. Pero sí tengo bien claro que lo quiero y que he aceptado sus sentimientos y pensamientos, aunque muchas veces no los comparto. Somos diferentes, afortunadamente. No creo que los sentimientos se deban etiquetar de buenos, malos, correctos, indebidos. Son sentimientos. Y yo quiero que él sea auto consciente de los suyos y que se quiera tal como es, y que no los oculte o disfrace.

En muchas ocasiones he cambiado la palabra “tristeza” o “ansiedad” para que él no identifique mis sentimientos con los suyos. Simplemente le digo que estoy rara, y luego le cuento el por qué. Lo hago así porque también quiero que sea consciente de los míos, que me conozca, pero que no los identifique exactamente igual que los suyos.

No sé, puede que me equivoque al hacerlo, pero es que en muchas ocasiones yo no puedo etiquetar lo que estoy sintiendo, ya que siento una mezcla de ellos. Siempre intento identificarlos, aprender de ellos y aceptarlos. También lo hago con él, en la misma medida que con los míos.

En el fondo creo que su autoestima se ha elevado por eso. Siente que lo quiero y que podemos estar alegres, disgustados, emocionados, apenados, avergonzados, sorprendidos, etc, y seguir siendo nosotros mismos sin tener que complacer al otro. Ya nos complacemos simplemente con una mirada.



Todos necesitamos sentirnos valorados, admirados, dignos y queridos. Ambos nos sentimos así cada vez que estamos juntos, a veces con palabras, otras sin ellas.

domingo, 23 de agosto de 2009

Es mejor ser listo con opciones, que inteligente sin iniciativa.


Recordando la conversación que mantuvimos ayer M y yo…


Es una persona inteligente, pero no se considera listo. Yo tampoco me considero lista.
Creo que a veces la lógica, el intentar buscarle sentido a las cosas, el analizarlas, etc, nos hace perdernos en la espiral del tiempo, mientras que al que se le considera “ menos inteligente”, sin tanto análisis de la situación, puede encontrarse con las opciones más fácilmente.
El listo conquista sencillamente, el inteligente no.
Y, si añadimos las emociones a la inteligencia… caos total.

Nuevo propósito inmediato: Intentar simplificar las cosas, seguir escuchando y aprendiendo. Ser más accesible y tomar la iniciativa ante las cosas que puedan afectarme.


Gracias, M, por todo.

sábado, 15 de agosto de 2009

Vuelta a lo mismo...


Estuve de vacaciones y en esos días hubo de todo: relax, un poco de estrés, mucho calor, mucho baño, vivir sin horarios, siestas y lo mejor de todo, como siempre, es estar con la gente que quiero.

Nos fuimos a un sitio cercano, pero diferente. Todo emanaba tranquilidad y el ambiente hacía que me sientiera yo misma, y más viva.

De vuelta a la rutina me he encontrado con más problemas de los que dejé cuando me fui esos días contados, tanto en mi trabajo, como fuera.


Vuelta a lo mismo, pero más duro todo... Necesito un interruptor que me deje unos días de vacaciones mentales.